¿Cómo se diagnostican las diferentes alteraciones hepáticas?
En el caso de la colelitiasis puede ser un hallazgo en las pruebas radiológicas (ecografía, TAC) de forma casual o al realizarlas por síntomas de cólico biliar (dolor en la parte alta derecha del abdomen en ocasiones con náuseas y vómitos) o de colangitis (dolor abdominal, fiebre e ictericia), o por la obstrucción de la vía de la bilis (ictericia). Además de los síntomas, la analítica de sangre y la ecografía o la TAC suelen ser necesarios para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad.
El hígado graso no da síntomas, y se suele diagnosticar mediante ecografía fundamentalmente.
La colangitis esclerosante primaria no suele dar síntomas hasta fases avanzadas (picor, dolor abdominal, ictericia), por lo que inicialmente se puede sospechar por las alteraciones en los análisis del hígado. Para completar el diagnóstico habitualmente es necesario realizar una resonancia magnética de la vía biliar (colangiorresonacia) o una CPRE (colangiografía retrógrada endoscópica). En algunos casos puede ser preciso hacer una biopsia hepática.
La toxicidad por fármacos habitualmente no da síntomas y se detecta en los controles analíticos. Raramente puede ocasionar cuadros agudos graves, con ictericia, cansancio, picor, y alteración de la consciencia, entre otros síntomas. En estos casos es preciso acudir al servicio de urgencias para valoración.